Fotografiando la Vía Láctea.

Fotografiando la Vía Láctea.

Gracias a  su situación geográfica, lejos de tormentas tropicales y la persistencia de los vientos alisios, los cielos de Canarias gozan de excelentes condiciones para el estudio del cielo y observación de la Vía Láctea desde un paisaje volcánico excepcional.

 

La noche era perfecta. El lugar escogido no podía ser mejor, no había luna y las nubes ni estaban ni se las esperaba. Era la primera vez que subía de noche después de tantos años y tantas visitas siempre de día, y sentía emoción al poder vivir lo que en muchas fotografías había visto antes.

Fotografiar en medio de tanta oscuridad no iba a ser fácil. Calcular el tiempo de exposición correcto sin poner demasiada ISO, buscar un buen lugar… Pero allí estábamos,  adentrándonos en la corona forestal de los montes de Tenerife bajo una oscuridad sobrecogedora.  El camino, tantas veces hecho de día, se antojaba misterioso en la noche. Los haces de luz del coche alumbraban el frondoso pinar creando un baile de pinos que se acercaban y alejaban en la oscuridad  mientras a mi mente venían historias y leyendas fantásticas de seres extraños, pensando que alguna de esas bestias pudiera asomar entre los árboles. Sí…me sentía como Mulder buscando al bigfoot en los bosques del estado de Washington.

ARRIBA: Atravesando la Corona Forestal de la isla de Tenerife. | Copyright © Miguel Galmés – www.miguelgalmes.com

Alcanzamos el mirador de Chipeque y ante nosotros el valle de la Orotava coronado por la silueta oscura, pero inconfundible, del Teide bajo un manto de estrellas que desafiaban la gran contaminación lumínica de las poblaciones del norte de la isla.

ARRIBA: Valle de la Orotava. | Copyright © Miguel Galmés – www.miguelgalmes.com

Entonces pasamos el observatorio atmosférico de Izaña y al ver la escasa contaminación lumínica que llega a este lugar uno comprende por qué los cielos de Canarias son un lugar único para la astro-fotografía. La cercanía con el Ecuador, lejos de tormentas tropicales, hacen del cielo canario uno de los mejores para el estudio y contemplación del firmamento donde los observatorios se encuentran por encima del mar de nubes, lo que permite más transparencia del cielo y más horas útiles de observación, y observatorios como éste o el Roque de los Muchachos, en La Palma, lo corroboran.

Que increíble es levantar la cabeza y pensar que ese océano oscuro de estrellas vibrantes que estábamos contemplando es una ventana  a hace miles de años y quizás más de una de esas estrellas ya no exista. Cruzando esa inmensidad se dejaba ver a simple vista el objetivo de esta salida. Por ella habíamos venido y a ella queríamos retratar: la Vía Láctea, con sus colores púrpura en todo su esplendor. Sencillamente impresionante.

ARRIBA: Observatorio atmosférico de Izaña y la Vía Láctea.  | Copyright © Miguel Galmés – www.miguelgalmes.com

Comienza el reto. Tratar de captar el cielo nocturno sin luna y en noche cerrada puede resultar complicado y a veces frustrante, y fotografiar la vía láctea no es fácil. Para empezar la planificación es importante, así como la localización. En este caso el terreno ya era conocido y además la contaminación lumínica era nula. Existen webs en las que se indica las mejores fechas para visualizar la Vía Láctea, y para la localización Google Maps es una buena herramienta, además de las muchas apps que te ayudan a conocer su orientación.

A toda esa nebulosa densa de estrellas donde hay más visibilidad se le llama Centro Galáctico, fácil de localizar por su forma de dos brazos y que sigue el movimiento de cualquier estrella. Para poder ver el centro Galáctico durante la noche ha de estar por encima del horizonte, que en el hemisferio norte ocurre entre marzo y octubre, y en la orientación entre Suroeste Sureste. Asimismo la Luna ha de estar por debajo del horizonte o bien en una fase de poca luminosidad.

En cuanto al equipo fotográfico, se ha de disponer de una cámara que trabaje bien a ISO alto, es decir, que no genere demasiado ruido en la imagen,  por eso cuanto menor sea el valor ISO que seleccionemos conseguiremos fotografías más limpias.

Pero para poder trabajar con valores de ISO bajos necesitaremos objetivos luminosos. Para fotografía nocturna lo recomendable es que los objetivos tengan valores máximos de apertura de al menos f2.8. Un objetivo de diafragma por encima de 2.8 nos obligará a subir el valor ISO o alargar el tiempo de exposición, lo que haría que las estrellas aparecieran en la imagen como trazas luminosas debido al movimiento de rotación de la Tierra. Para evitarlo existe la llamada regla de los 500, que consiste en dividir 500 entre la distancia focal en la que vamos a disparar, siendo el resultado el tiempo que deberemos tener abierto el obturador. O bien algo ya más avanzado sería utilizar una rótula que contrarresta el movimiento de rotación de la Tierra. Pero como digo, eso ya son palabras mayores.

Tan importante como la luminosidad del objetivo será la distancia focal. Cuanto más angular tengamos, podremos realizar mayor variedad de encuadres que abarquen más cielo o elementos en  primer plano. Y por su puesto un trípode que sea mínimamente estable.

Vía Láctea

ARRIBA: La Vía Láctea. | Copyright © Miguel Galmés – www.miguelgalmes.com

Aunque  el color de la Vía Láctea tira mas a ser rojizo, dependerá de nuestra vena artística si queremos darle más protagonismo a los colores amarillos, naranjas o azules. El balance de blancos se puede corregir en el revelado del archivo RAW, pero si queremos configurarlo manualmente se puede jugar entre los valores 3200K,  si hay mucha contaminación lumínica, y  hasta  4000K, si no hay contaminación. Después de algunas tomas comenzábamos a ver en la pantalla de la cámara todas esas estrellas que desvelaban detalles que nuestros ojos no podían ver a simple vista, convirtiéndose en una adicción.

Las Cañadas se había convertido en un paisaje fantasmagórico, las siluetas de los tajinastes parecían efigies de un ejército que observaba en la oscuridad de la noche y lo que durante el día eran curiosas formaciones de lava y piroclastos, por la noche se transformaban en extrañas formas espectrales en las que cualquier ruido, que en condiciones diurnas hubiera pasado inadvertido, hacía escudriñar en la oscuridad en busca de algo irreconocible.

Vía Láctea

ARRIBA: Tajinastes con la Vía Láctea de fondo. | Copyright © Miguel Galmés – www.miguelgalmes.com

ARRIBA: Tajinaste. | Copyright © Miguel Galmés – www.miguelgalmes.com

Cuando ya parecía estar todo dado, el cielo se iluminó durante un segundo y volvió la oscuridad. Un asteroide había cruzado la atmósfera provocando un fogonazo que iluminó de golpe todo. Casualidades de la vida, el obturador estaba abierto.

ARRIBA: Momento en el que un meteoro cruza la atmósfera. | Copyright © Miguel Galmés – www.miguelgalmes.com

 

Tras esta primera experiencia en fotografía de la Vía Láctea vinieron muchas más, por supuesto bajo los cielos de Tenerife.

ARRIBA: Faro del Porís con Vía Láctea. | Copyright © Miguel Galmés – www.miguelgalmes.com

Fotografiando la Vía Láctea from Una Excusa para Viajar on Vimeo.

 

Tenerife, 2016-2017.
Más fotos en la galería.
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Hay 2 comentarios

  1. Núria

    hola Miguel! me han parecido increíbles tus fotografías de la Via Láctea, qué preciosidad y qué suerte disfrutarla. El artículo es muu interesante y ideal para los amantes de la fotografía, qué hallazgo tu blog, me encanta!

    Un saludo y a continuar con tus excusas!
    Núria

    • Miguel

      Muchas gracias Núria!!,

      Todo un halago viniendo de una viajera y blogger como tu.
      La verdad que disfrutar de la Vía Láctea siempre es una experiencia fascinante: estrellas fugaces que pasan, constelaciones que vas reconociendo…Y si encima puedes hacerlo con una cámara, mejor!!.

      Espero seguir sorprendiendo con más contenido!. Ya sabes, cualquier excusa es buena para viajar 😉

      Salu2!


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