Arrasado durante la guerra civil, el pueblo viejo de Belchite yace en ruínas en una de las zonas más áridas del centro de Aragón, cargado de historias de sufrimiento y muerte, en el que se conoce como el pueblo muerto.
Aquí ya no hay luz ni agua ni nadie que pueda utilizarlos. Sólo hay silencio y ruinas: fachadas destrozadas, que a duras penas se mantienen en pie, de los edificios y casas que un día fueron el hogar de alguien. Miles de muertos en tan solo unos días. Tres cambios de mando y orden. Todo quedó igual, platos en la mesa, el cartel de la escuela…El recuerdo de una tragedia.
Se acerca la hora de la próxima visita y Jesús Larraz llega en su bicicleta ataviado con el uniforme de cabo de la Infantería Nacional y portando un mauser modelo 1916. Desde hace dos años forma parte de un grupo dedicado a recrear batallas históricas y a dar la bienvenida a los visitantes.
Al cruzar el Arco de la Villa uno se encuentra con el efecto de un pueblo arrasado. Debo confesar que me vinieron a la cabeza tantas historias que había escuchado de sucesos paranormales y salvo un maniquí cubierto por una sábana que asomaba a través de una de las ventanas del pequeño museo de la entrada, no hubo ninguna aparición fantasmal. También es cierto que quizá esa hora de la tarde no fuera la más idónea para ir de cazafantasmas y sí en horario de visitas nocturnas.
Arco de la Villa
Aunque existen restos prehistóricos en la zona, los cronistas árabes son los primeros en nombrar la ciudad, que fue poblada por grupos beréberes dependientes de los Reyes taifas de Zaragoza hasta ser tomada por los ejércitos cristianos de Alfonso I de Aragón, convirtiéndose en población fronteriza. A partir del siglo XIV se construyeron muchos de los monumentos que se han conservado hasta nuestros días.
La guía nos lleva por las calles flanqueadas por fachadas de estilo mudéjar que juegan a mantener el equilibrio explicando cómo fue la vida antes del desastre. La ciudad tenía comercios y bancos, siendo una de las más prósperas de la zona, y alrededor de 3.800 personas vivían allí.
Pero la mala suerte ya se había cebado con Belchite en el pasado. Antes de la Guerra Civil la localidad ya había sido escenario de cruentos enfrentamientos durante la Guerra de la Independencia, en la que las tropas francesas se hicieron con la ciudad. Napoleón celebraría esta victoria inscribiendo el nombre de Belchite en el arco del Triunfo de París. Más tarde las guerras Carlistas también sacudirían la población.
En el 1937 se inició una batalla de viarias semanas por la toma de la ciudad, que no tenía importancia militar ni estratégica, pero que terminaría convirtiéndose en un capítulo importante de la batalla de Zaragoza. Los francotiradores se apostaban en los campanarios y torres, y los combatientes tenían que avanzar por el interior de las casas, derribando muros y ganando posiciones en una lucha cuerpo a cuerpo. Cuando las tropas nacionales se hicieron con el mando del pueblo se estima que habían muerto seis mil personas bajo las balas de ambos bandos.
Finalizada la Guerra Civil, Belchite había quedado devastado, sin ser reconstruido porque el régimen quiso dejarlo como recuerdo de las atrocidades que hizo el bando contrario, a pesar de haber prometido reconstruirlo. La construcción del Belchite Nuevo se llevó a cabo con prisioneros y el Viejo no fue abandonado del todo hasta los años 60.
Hasta hace unos años las ruinas de Belchite se podían visitar por libre, a cualquier hora, pero hoy el recinto del pueblo viejo se encuentra vallado y es indispensable concertar una visita en grupos guiados para poder recorrer sus calles.
Belchite, febrero de 2016.
Más imágenes en la galería y en flickr
Impresionante, mi abuelo estuvo es esa batalla con tan solo 17 años del lado de los republicanos, yo lo visité en el año 2007. Saludos desde Buenos Aires, Argentina.
Hola Mariano,
Muchas gracias por la visita y el comentario.
Debió ser muy emotiva esa visita en 2007. De echo todo el que lo visita sale un poquito tocado por todo lo que se vivió allí.
Me alegra saber que el artículo ha llegado hasta Argentina.
Puedes seguir las publicaciones desde http://www.facebook.com/unaexcusaparaviajar
Saludos desde España.
Hola Mariano,
Debió ser muy emotiva esa visita en 2007 sabiendo que si abuelo estuvo allí. Todo el que lo visita sale un poquito tocado por todo lo ocurrido allí.
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