Cada año más de 200 paradas llenan la Plaza de la catedral en la Feria de Santa Llúcia, la principal feria navideña y la más antigua de Barcelona, con la que se da la bienvenida a época navideña en la ciudad Condal.
La feria de Santa Llúcia está documentada desde el año 1786, siendo la feria navideña de más larga tradición en la ciudad de Barcelona y la más antigua que gira en torno al mundo del pesebre, aunque aquí se puede encontrar cualquier adorno navideño desde árboles, figuras para el belén, muérdago, artesanía, el tradicional «Tió» y los famosos «Caganers».
Ubicada desde siempre en la Plaza Nova, en el corazón de Ciutat Vella, frente a la Catedral de Barcelona, la feria de Santa Llúcia es la principal de la ciudad y se celebra cada año a finales de noviembre o principios de diciembre, siempre antes del día de Santa Llúcia el 13 de diciembre, y permanece hasta el día 23 de diciembre.
En sus 231 años a permanecido inalterable, ni la epidemia de fiebre amarilla que asoló la ciudad en 1860 ni la Guerra Civil impidieron su celebración.
Inicialmente la feria de los Belenes se celebraba durante tres días y sólo se vendían figuras para pesebres, mientras que los musgos se encontraban en unos puestos a parte ubicados en las escaleras de la Catedral. Con el tiempo, el aumento de la tradición por los pesebres y el aumento de puestos hizo que ambas ferias se uniesen.
La Feria se ha convertido en un emblema navideño del barrio donde se celebra y de la ciudad en general, en la que muchas de las paradas se han heredado de padres a hijos, estableciéndose una relación entre los feriantes y el público que cada año acude.
Las paradas se agrupan en cuatro sectores. El de los pesebres, con sus complementos decorativos como hierbas, musgos, cuevas, y figuras, donde la figura estrella no es el niño Jesús, sino la del Caganer. Esta figura, de tradición catalana, representa a una persona haciendo sus necesidades. La versión más tradicional del caganer lleva una camisa blanca, chaleco, pantalón negro, faja y barretina, pero su popularidad es tal que cada año los personajes más destacados, políticos, famosillos y artistas son inmortalizados en esta figura, convirtiéndose ya en un artículo de colección.
En la sección de verde y vegetación se venden árboles naturales o artificiales, ramas de eucaliptos, corteza de corcho, muérdago y el tradicional Tió, un pequeño tronco con dos patas y cara sonriente con barretina que se coloca en las casas en época navideña tapado con una manta y se le da de comer hasta que llega el día de navidad. Entonces los niños de la casa, mientras cantan la canción del «Caga Tió», lo golpean con bastones hasta que, bajo la manta, cague los regalos.
En el sector de la artesanía se encuentran toda clase de productos artesanales, ropa, bisutería, decoración y regalos. Y por último el sector de la música, donde encontramos instrumentos musicales de la tradición navideña.
La Feria de Santa Llúcia es el lugar perfecto para encontrar ese adorno navideño que no se encuentra en ningún lado o quizá algún regalo de Reyes o Navidad de última hora y sentir el espíritu navideño. Eso sí, hay que ir preparado para las multitudes.
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