Con un área que comprende 109 kilómetros cuadrados, el Parque Nacional de Krka se encuentra en el condado de Šibenik-Knin, en una de las zonas más bellas de toda Croacia y del río que da nombre al parque, donde el agua es la auténtica protagonista.
texto y fotografías: Miguel Galmés
La extensa área que ocupa el Parque Nacional de Krka es considerada de excepcional valor natural, incluye varios ecosistemas de flora y fauna que la convierten en una de las regiones más valiosas de Croacia y Europa. Debido a su situación, Krka es especialmente significante durante las migraciones de aves en primavera y otoño, en las que la gran concentración de diferentes especies de aves hacen de esta región una de las más valoradas de Europa para el estudio y observación de aves.
El río Krka nace en las estribaciones de la cordillera Dinara y fluye a través de la región dálmata hasta su desembocadura en el mar Adriático, en la ciudad de Šibenik, completando sus 72 kilómetros de largo, de los cuales 50 transcurren dentro de los límites del parque Nacional. Pero lo que ha hecho famoso a este parque son las siete cascadas que le confieren unas vistas espectaculares y la principal atracción desde que el Parlamento de la República Socialista de Croacia lo proclamara Parque Nacional de Krka en 1985, destinándose principalmente a actividades científicas, culturales, educativas y recreativas.
ARRIBA: Río Krka. | Copyright © Miguel Galmés
Las cascadas del río Krka se formaron hace 10.000 años como resultado de movimientos tectónicos y gracias al constante proceso de construcción de travertino, un tipo de roca sedimentaria de color amarillo y blanco que se produce en las aguas cársticas cuando se disuelve y sedimenta la cal con ayuda de los microorganismos, convirtiendo al río en un fenómeno cárstico.
Los senderos se adentran en el parque a través del exuberante bosque mediterráneo que escolta al río, ofreciéndonos contacto directo con las numerosas especies de plantas y animales, contemplar las barreras e islas de travertino desde pasarelas de madera que nos dan la posibilidad de caminar sobre el río y admirar los saltos de agua desde los miradores que se reparten en todo el parque.
ARRIBA: Sendero en el Parque Nacional Krka. | Copyright © Miguel Galmés
ARRIBA: Saltos de agua en el Parque Nacional de Krka. | Copyright © Miguel Galmés
Tras un paseo ligero alcanzamos la espectacular cascada Skradinski, el último salto de agua antes de que el Krka se funda en el Adriático y la que se lleva gran parte de las miradas y fotografías del parque. Un paraíso para el uso de filtros y las largas exposiciones con los que jugar a los efectos de seda en los saltos de agua.
ARRIBA: Cascada Skradinski. | Copyright © Miguel Galmés
ARRIBA: Detalle de la cascada Skradinski. Más fotos en la galería. | Copyright © Miguel Galmés
La cascada Skradinski es también la más larga del parque, formada por 17 escalones distribuidos a lo largo de 800 metros de longitud y 45 metros de desnivel donde además se incluyen varias barreras de travertino, islotes y lagos en los que en verano es posible darse un chapuzón, pareciendo más una piscina pública que un área protegida. Por suerte en otoño los caminos no están tan transitados y nadie osa meterse en el agua.
Copyright © Miguel Galmés
Pasando la cascada de Skradinski encontramos un conjunto de antiguas casas, vestigios de parte de las instalaciones de la que fuera la primera central hídrica de Croacia y del este de Europa, y la más potente del viejo continente a principios del siglo XX. Fue construida en 1885 y contó con la participación de Nikola Tesla para su diseño, entrando en funcionamiento sólo dos días después de que lo hiciera la planta hidroeléctrica del el río Niágara. Gracias a esta central, en la ciudad de Šibenik se introdujo la electricidad mucho antes que en otras grandes ciudades europeas.
ARRIBA: Instalaciones de la antigua central hidroeléctrica. | Copyright © Miguel Galmés
ARRIBA: Otra de las cascadas del parque. | Copyright © Miguel Galmés
El parque también cuenta con casas rehabilitadas que albergan tiendas de souvenirs y viejos molinos de agua que datan del siglo XIX, donde los visitantes tienen la oportunidad de ver como se limpiaba y molía el trigo y otras actividades rurales y monumentos etnográficos, así como restos del campamento militar romano de Burnum y varios restos de fortalezas croatas del siglo IX.
ARRIBA: Museo etnográfico. | Copyright © Miguel Galmés
ARRIBA: Molino de agua. | Copyright © Miguel Galmés
Otro punto de visita del parque es el antiguo monasterio franciscano de Visovac, situado en una pequeña isla río arriba en el lago del mismo nombre desde 1455, en un lugar donde el río se ensancha. Con una rica colección de arte, objetos históricos y arqueológicos, el monasterio es un lugar de paz y meditación alejado de todo. Tan alejado que alcanzarlo sólo es posible en barco, y durante los meses de marzo y noviembre las excursiones solo se organizan con cita previa y si las condiciones lo permiten, así que es muy probable quedarse sin visitarlo, como le pasó a un servidor.
Datos prácticos.
Como ir.
Desde Sibenik parten autobuses diarios hasta Skradin, donde se encuentra uno de los accesos principales al parque.
En coche es posible estacionar en alguno de los cinco accesos al parque.
El horario del parque depende de la época del año en que se visite.
Precios.
Los precios de las entradas al parque dependerán de la época del año en la que lo visitemos.
- De Enero a Marzo y de Noviembre a Diciembre la entrada individual para adultos tiene un precio de 30 kn
- De abril a Junio y de Septiembre a Octubre la entrada individual para adultos tiene un precio de 110 kn
- De Julio a Agosto la entrada individual para adultos tiene un precio de 200 kn
Cómo moverse por el parque.
La entrada incluye:
- Transporte en barco por la ruta Skradin – cascada de Skradinski y regreso, excepto en el período de noviembre a marzo.
- transporte en autobús a través del parque.
Sin comentarios